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Viaje a Armenia

 

Tengo que reconocer que cuando viajo lo hago con la ilusión de conocer nuevas gentes y nuevos territorios y que la predisposición a que me interese y me guste lo que voy a ver facilita mucho que la impresión final sea favorable. Pero hay países que cuando los conoces, además del interés y el gusto, te sorprenden y te producen un impacto más profundo. Armenia es uno de esos países que te producen una impresión duradera.

Es un pequeño país de menos de 30.000 km2, situado en las montañas de Cáucaso, lo que hace que su altitud media sea muy elevada (1.800 msnm), sin salida al mar y con fronteras con dos países con los que guarda ciertas similitudes (Georgia y Azerbayán), pero también encajonado entre vecinos tan poderosos y conflictivos como Turquía, Irak e Irán (figura 1).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 1. La cordillera del Cáucaso vista desde Goris

 

   Armenia ha sido históricamente un cruce de caminos entre Europa y Asia, entre el Norte y el Sur, entre Persia y Rusia, entre Turquía y las estepas asiáticas, entre el mar Negro y el mar Caspio. En definitiva, el clásico estado “tampón”. Un estado sumamente antiguo, que ya era reino antes de la venida de Cristo. Pero un estado que ha sido repetidas veces troceado, desmembrado, restaurado, invadido, integrado en otros imperios… y que hoy cuenta con un territorio mucho menor que el que poseyó en otros tiempos.

Empezamos nuestro recorrido por este apasionante país visitando la capital, Ereván, una ciudad agradable pero sin grandes alicientes. Como el resto del país, es una ciudad muy antigua pero que ha sufrido todo tipo de destrucciones a lo largo de los siglos. Fue capital de Armenia pocos años al acabar la I Guerra Mundial porque enseguida Armenia fue incorporada a la URSS como una de las repúblicas socialistas soviéticas.  El aspecto actual de Ereván se debe en gran parte a la arquitectura de ese periodo y es por tanto bastante anodina.

A 20 km de Ereván se encuentra una de las ciudades más interesantes de Armenia, Etchmiadzín, centro religioso de enorme importancia porque la sede del Catolicós, el máximo responsable de la iglesia apostólica armenia. Armenia presume con orgullo de ser el primer estado del mundo que adoptó oficialmente el cristianismo, años antes de que se promulgase en Roma el célebre edicto de Constantino.

La catedral de esta ciudad forma parte de un vasto conjunto de edificios religiosos y pasa por ser la primera en la historia del cristianismo pues su construcción data del año 303, si bien posteriormente ha sido objeto de numerosas reformas (figura 2).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 2. Celebración litúrgica en la catedral de Etchmiadzín

 

En su momento fue más importante por su gran tamaño la catedral Zvartnots, También de época muy temprana (siglo VII). Pero un terremoto la derrumbó totalmente tres siglos más tarde y hoy solo podemos contemplar unas bellas ruinas (figura 3). Y es que Armenia, por si no tuviese bastante desgracia con los belicosos vecinos que le han tocado en suerte, también es tierra propensa a sufrir terremotos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 3. Ruinas de la antigua catedral de Zvartnots

 

Volviendo a la catedral de Etchmiadzín, hay que decir que cuenta con un tesoro muy antiguo y muy interesante, en el que hay objetos de gran valor artístico y religioso. Algunas reliquias son de dudosa historicidad pero dan cuenta de la antigüedad de la iglesia armenia y su conexión con las primeras etapas del cristianismo. Dos de las más curiosas son la punta metálica de la lanza con la que Longinos alanceó a Jesús en el Calvario y una tabla supuestamente procedente nada menos que del arca de Noé (figura 4).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 4. Fragmento de tabla supuestamente procedente del arca de Noé

 

Y, hablando del arca de Noé, uno de los objetivos de nuestro viaje era contemplar el famoso monte Ararat, donde según la tradición se posó el arca una vez finalizadas las inundaciones producidas por el diluvio. El Ararat es un impresionante estratovolcán con la típica forma cónica. Su altura es de 5.165 metros, una considerable altura pero que es todavía más imponente porque está rodeado de una gran planicie que se encuentra a solo unos 1.000 de altitud. El lugar ideal para ver el volcán es el monasterio de Khor Virap, un centro religioso de gran importancia histórica porque en él estuvo preso Gregorio el Iluminador y de gran interés artístico. El enorme cono se yergue sobre esa planicie elevándose más de 4.000 metros sobre el terreno circundante. Las cumbres nevadas del volcán brillan al ser iluminadas por el sol, dejando las partes más bajas en una relativamente penumbra y dando la sensación de que se trata de una formación leve que se mantiene flotando en el aire  (figura 5).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 5. El monte Ararat visto desde territorio armenio con el monasterio de Khor Virap en primer plano

 

Hoy el monte Ararat está en territorio turco para desesperación de los armenios pues antes pertenecía a su territorio y además es para ellos un monte sagrado. Está a solo 50 km de la capital armenia pero también a menos de 20 km de Irán. A los armenios les recuerda también uno de los momentos más dolorosos de su historia: La terrible matanza de armenios que los turcos produjeron durante la I Guerra Mundial. Según los turcos fue un acto bélico más que produjo solo (¡!) unos 300.000 muertos. Para los armenios se trató de un verdadero genocidio destinado a acabar con su población, que produjo más de un millón de muertos.  Pese a la presión diplomática de Turquía son muchos los países que ya reconocen el “genocidio armenio”, un episodio desconocido para una buena parte de la humanidad pero marcado a fuego en la memoria de los armenios, que pocos años más tarde deberían pasar por otra prueba dramática: su incorporación a la Unión Soviética.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 6. Monasterio de Novarank

 

Una de las características que el pueblo armenio ha mantenido a lo largo de su accidentada historia ha sido una profunda religiosidad, que ha legado muchos monumentos de gran belleza y originalidad. La visita de los antiguos monasterios armenios, desperdigados por su accidentada orografía, es sumamente recomendable. El primero de los varios que visitamos, después del ya citado de Khor Virap,, fue el de Novarank. Fue construido en el siglo XII sobre una iglesia de los siglos IX-X  y se mantuvo en funcionamiento como monasterio hasta el siglo XIX.

Actualmente es uno de los atractivos turísticos más importantes del país y está formado por tres bellas iglesias (San Juan, San Gregorio y Santa Madre de Dios), aparte de otros edificios de menor entidad (figura 6).

Nuestra siguiente etapa es la pequeña ciudad de Goris, situada al sur del país, en el valle del río del mismo nombre. Como la mayor parte del territorio armenio se encuentra a bastante altitud (unos 1.400 m), sobre un terreno accidentado y rodeado de montañas y ha pertenecido a diversos imperios a lo largo de los siglos. En los siglos XII a XV perteneció a los mongoles, en el siglo XVI fue conquistada por los persas, en el siglo XVIII pasó al imperio turco otomano y en el XIX se incorporó al imperio ruso. Solo durante tres años (1918-1921) formó parte de la Armenia independiente, antes de volver a caer en manos de la Unión Soviética.

Uno de los principales atractivos de Goris son las curiosas pirámides de piedra, unas interesantes formaciones geológicas en las que además se han excavado numerosas cuevas que en tiempos pretéritos fueron utilizadas como viviendas y como eremitorios.

No lejos de Goris se encuentra otro de los monasterios más importantes de Armenia, el de Tatev, fundado en el siglo IX y con una gran importancia religiosa, histórica y cultural. En el siglo XI llegó a tener unos 1.000 monjes y en los siglos XIV y XV dio lugar a una de las universidades medievales más importantes de Armenia fomentando la religión, la ciencia, la filosofía la copia e iluminación de manuscritos, etc.

Como otros monasterios armenios, se encuentra enclavado en una zona muy montañosa junto a una profunda garganta que forma el río Vorotán, en medio de un agreste paisaje de gran belleza (figura 7).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 7. Monasterio de Tatev

Después de visitar este gran monasterio medieval damos un salto atrás en el tiempo para visitar el yacimiento prehistórico de Karahuni, otro lugar sorprendente. En un perdido altiplano, barrido por fríos vientos y rodeado de montañas, encontramos estos llamativos monumentos erigidos en las edades del bronce y del hierro, hace probablemente unos 4.000 o 5.000 años (figura 8).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 8. Vista parcial del yacimiento prehistórico de Karahuni

 

Hay más de 200 estelas, algunas formando círculos u otras figuras geométricas, lo que ha llevado a los arqueólogos a discutir si se trata de una gran necrópolis o también de una observatorio astronómico. Sea cual fuese la finalidad original, la visita a este paraje que nos habla de tiempos remotos, en medio de una inmensa soledad, es una experiencia fascinante. Cuando vemos la gran similitud que algunas de estas formaciones tienen, por ejemplo, con el famoso yacimiento de Stonehenge en Inglaterra, no podemos evitar que en nuestra mente surjan numerosas preguntas sobre las actividades e ideas de nuestros antepasados más lejanos.

Volviendo a tiempos más recientes pero también de siglos pasados, visitamos un interesante caravasar, uno de esos alojamientos que usaban las caravanas para refugiarse y descansar durante los largos periplos que tenían que realizar por motivos comerciales, militares o religiosos Muchos de estos edificios pueden verse en Irán, en Siria, en Uzbekistán, en Turquía y en otros países, pero en general han sido restaurados y convertidos en comercios o centros turísticos por lo que es muy difícil imaginarse cómo eran realmente. Este que visitamos en el centro de Armenia es un sólido y bonito edificio de piedra, a la vez muy cerrado y sombrío, con arcadas en los flancos para el descanso de los caravaneros. Un lugar idóneo para guarecerse del frío y pasar la noche al amparo de la lluvia y de los vientos. Un refugio tan simple y rústico como imprescindible y sólido (figura 9).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 9. Interior de un antiguo caravasar

 

Otro lugar que merece ser visitado es el cementerio de Noratus. En este lugar pueden contemplarse todavía cientos de khachkars. Un khachkar es una estela o un monolito decorado con una gran cruz y otros motivos complementarios de tipo geométrico o botánico. Tienen la finalidad de homenajear y recordar a las personas fallecidas y son un elemento característico de la cultura armenia desde época medieval. Una gran parte de los khachkar han desaparecido, unos porque han quedado en terrenos antes de Armenia y que hoy pertenecen a Turquía o a Irán; otros porque han sido expoliados durante los siglos en los que Armenia ha estado en manos de otros imperios. Por eso, es un placer pasear por este bosque de khachkars cubiertos de líquenes, esculpidos por hábiles artesanos, todos parecidos y todos diferentes y que llevan siglos en este mismo lugar (el más antiguo es del siglo X) (figura 10). 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 10. Los khachkars son una de las más típicas manifestaciones de la cultura armenia

 

No muy lejos encontramos el lago Seván que está situado a unos 1.900 m de altitud y es el lago más grande de Armenia. Antiguamente formaba con los lagos Van y Urmía uno de los “tres mares de Armenia” pero hoy es el único que está dentro del actual territorio del país. Esta gran masa de agua dulce es muy importante para el abastecimiento de agua y para el aprovechamiento hidroeléctrico. En verano es también un lugar muy visitado porque cuenta con parajes de gran belleza y con algunas playas (figura 11).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 11. Vista del lago Seván

 

Dejando los paisajes naturales del lago Seván vamos a visitar otros dos antiguos monasterios bastante cercanos uno de otro. El monasterio de Sanahín fue fundado en el siglo X, en tiempos de la dinastía de los Bagrátidas, sobre terrenos en los que en algún momento hubo alguna iglesia paleocristiana. Como algunos otros de los monasterios que estamos visitando, está formado por un bonito conjunto de edificios de épocas diversas y tuvo una gran importancia religiosa y cultural durante la Edad media y la Edad Moderna. Aquí se enseñaba medicina, ciencias y humanidades, y había también una notable biblioteca (figura 12).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 12. Interior del monasterio de Sanahín

 

Da pena contemplar estas nobles piedras, hoy convertidas en reliquias mudas de otros tiempos y pensar en la vida y la importancia que otrora tuvieron para la cultura y la religión de estos territorios.

El cercano monasterio de Haghpat es otra de las joyas artísticas y religiosas de Armenia. Fue fundado también en el siglo X por san Nishan y es un excelente ejemplo de la arquitectura religiosa del país, un estilo propio que combina elementos de influencia bizantina con características propias de la región del Cáucaso y con aspectos que nos recuerdan vagamente al románico europeo (figura 13).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 13. Vista parcial del monasterio de Haghpat

Está formado por varios edificios, siendo el más importante la catedral de san Nishan. Aunque el conjunto haya dejado hace tiempo de tener la función religiosa para la que fue creado, ha sido bastante respetado por el paso del tiempo y mantiene muchos de sus rasgos originales, por lo que resulta un lugar lleno de encanto y en el que podemos recrearnos en la contemplación de rincones que nos trasportan a otra época.

En las proximidades del monte Aragats se encuentra otro lugar con un gran valor histórico, la fortaleza de Amberd, un imponente castillo situado a 2.300 metros de altitud y que empezó a construirse allá por el siglo VII. Fue durante siglos un enclave

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 14. Fortaleza de Amberd

defensivo estratégico, y es posible que también fuese residencia real. Participó en numerosas batallas y cambió de manos en varias ocasiones. En el siglo XI se le añadió una pequeña pero bonita iglesia de estilo armenio que se encuentra ubicada en un mirador impresionante cerca de un profundo precipicio. La fortaleza de Amberd (figura 14), hoy en ruinas, es una visita interesante si nos gustan los castillos medievales y es en cualquier caso un testimonio elocuente de la accidentada historia armenia, además de encontrarse en un entorno montañoso que proporciona vistas espectaculares.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 15. Iglesia del monasterio de Geghard

Si, como estamos viendo, Armenia tiene una gran cantidad de monasterios a cual más interesante, uno de los principales es sin duda el Geghard, un conjunto con varios edificios muy interesantes y situado es un entorno espectacular, en la profunda garganta del río Azat. Es también uno de los monasterios más antiguos pues fue fundado en el siglo IV por Gregorio “el Iluminador”. La iglesia principal es bastante posterior pues fue erigida en 1215.

Algunas de las iglesias del conjunto monástico son parcialmente cuevas excavadas en las paredes del acantilado, mientras que otras cuentan a la vez con bellas construcciones exentas y a la vez con primitivas capillas excavadas en la roca.  El conjunto resulta una visita de sumo interés en la que se conjugan en perfecta armonía la religiosidad del pueblo armenio, la espectacularidad de su accidentada orografía y la riqueza de su historia milenaria (figura 15).

Según la tradición, en este antiquísimo monasterio, cuyo nombre completo es Geghardavank (el monasterio de la lanza), es donde se conservó originalmente la reliquia de la espada que atravesó a Jesús durante la Crucifixión, hoy en Etchmiadzín, y que habría traído a este lugar el apóstol san Judas Tadeo. A diferencia de otros monasterios que hemos visitado y que son hoy museos desacralizados, el de Geghard sigue estando abierto al culto y es un lugar por el que los armenios sienten una gran devoción (figura 16).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 16. Fieles encendiendo velas en el monasterio de Geghard

  

Muy cerca del monasterio de Geghard y a tan solo 30 km de la capital Ereván se encuentra el templo de Garni, un clásico templo de estilo helenístico construido por el rey Tirtidates en el siglo I de nuestra era, aunque existen otras teorías sobre el origen de esta construcción y en todo caso está claro que en el mismo lugar hubo construcciones anteriores.

Es un clásico templo rectangular rodeado de un peristilo formado por ocho columnas basálticas en los laterales y 6 en las caras principales. Para los que venimos del mundo mediterráneo es evidente que este templo no puede compararse con los que se pueden visitar en Roma, en Grecia o en Sicilia pero el templo de Garni presenta dos aspectos singulares dignos de mención figura 17).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 17. Templo helenístico de Garni

Sorprende en primer lugar encontrar un templo clásico en un lugar tan distante, a unos 4.000 km de Roma por carretera. Es algo que sabemos en teoría pero sigue llamando la atención la fuerza y la extensión que tuvo el imperio romano y su capacidad  hacer llegar sus instituciones a lugares tan lejanos y de tan difícil acceso.

Por otra parte, la ubicación del templo de Garni es también muy original. No existe ninguna ciudad cercana. El templo se halla en un promontorio que forma una curva del río Azat en un territorio rodeado de montañas. Desde el templo se divisa un impresionante paisaje sobre el profundo cañón excavado por el río lo que hace que la visita a este lugar, apenas a unos 30 km de la capital, sea especialmente atractiva.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 18. Vista nocturna de la plaza de la Constitución (Ereván)

 

Nuestro recorrido por Armenia nos llevó a otros lugares como el balneario de Jermuk, la iglesia de Ashtarak, los altiplanos que rodean al monte Aragats, hoy el más alto del país con más de 4.000 m de altitud, la visita a un poblado de montaña habitado por población de origen ruso, etc. Baste, sin embargo, lo aquí dicho para tener una idea, siquiera aproximada, de la enorme riqueza cultural que atesora este pequeño país que conserva con empeño su identidad nacional a pesar de que aproximadamente el 70% de los armenios viven en la diáspora. Nos despedimos pues de Armenia con una imagen nocturna de la plaza de la Constitución, núcleo central de la capital, Ereván (figura 18).

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Bienvenido a mi sitio web de viajes

En este sitio quiero compartir con los amantes de los viajes, también con los que son renuentes a realizarlos, algunas experiencias y fotografías sobre algunos de los viajes más interesantes que hemos tenido la suerte de realizar.

Todo viaje a un país desconocido es una experiencia intensa que te hace sentirte vivo y te enriquece, pero en algunos casos la distancia, la sorpresa, el exotismo o la belleza del lugar hacen que esa experiencia sea algo especialmente memorable.

Jaime Pereña Brand

Madrid, 2020

 

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